Camino Marítimo
Con una línea costera de casi mil kilómetros, si contásemos todos los entrantes y salientes, la costa de Cantabria se caracteriza por la gran variedad de formaciones y accidentes que tiene.
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Preciosas rías y extensas marismas
A lo largo de este enorme litoral, se alternan abruptos acantilados, algunos de más de 140 metros de altura sobre el mar, más de 90 playas, preciosas rías y extensas marismas. Nuestra franja costera se extiende a lo largo de espacios naturales privilegiados, playas, montañas y valles, en los que se ubican las preciosas villas marineras y pueblos de pescadores donde podrás degustar espectaculares pescados y mariscos.
Las frías aguas cantábricas y la fuerza con que golpean las olas en acantilados y arenales, hacen que los bonitos, besugos, lubinas, doradas, merluzas, chicharros, bocartes, sardinas, rape y los mariscos... sean muy sabrosos y tengan una carne muy compacta. Su calidad es tan alta que ha motivado elaboraciones sencillas en el horno que respeten sus intensos sabores primarios o como la marmita, nuestro guiso marinero por excelencia, hecho con bonito del norte y patata.
Desde Posada Laura, en apenas media hora y en los limites entre Cantabria y Asturias llegarás a donde el Deva se abre al mar y redondea la bonita estampa de la Punta de la Tina. A escasa distancia encontrarás Pechón, Pesués y la playa natural y aún semi salvaje del Pedrero.
Villas marineras
A pocos kilómetros de allí encontrarás San Vicente de la Barquera y Comillas, dos bellas villas marineras en las que aún pervive una milenaria tradición pesquera y que tienen la consideración de conjunto histórico monumental gracias a su rico patrimonio.
En San Vicente de la Barquera debes probar el sorropotún, una variante de la marmita, y las ostras de cultivo, visitar su castillo del siglo XIV y la iglesia gótica pero sobre todo no debes perderte sus increíbles y variadas playas de arena fina y blanca, dunas, abruptos acantilados y tranquilas aguas de la ría.
Para ir a Comillas te aconsejamos coger la carretera de la playa para ir recorriendo entre arenales, acantilados, dunas, prados y rías el Parque Natural de Oyambre, una de las estampas más bellas de la región. Una vez allí admira el Palacio de Sobrellano, la Universidad Pontificia y el Capricho de Gaudí, enorme legado cultural de la época en que la villa era el destino de vacaciones para los reyes y escápate por sus callejuelas y activo puerto.
Antes de volver, cerca de la playa de Luaña, entre casonas montañesas y la Abadía Cisterciense de Santa María de Viaceli de Cóbreces puedes comprar unos quesos que hacen los monjes que están muy ricos.